Resistir y desobedecer a lo inhumano
Premios
EL-HIBRI FOUNDATION 2014
Pietro Ameglio es honrado con el Nobel 2014 por su valiente e incansable dedicación al espíritu y los principios de la noviolencia, el no militarismo, la justicia social y por su vinculación con innumerables víctimas y sobrevivientes de la violencia. A él se unen los ganadores de becas de postgrado, su peregrino Carlos Moreno Zamora (cuyo hijo fue víctima de la violencia en México) y Elisabeth, Faud y Nancy de El-Hibri. (Imagen2)
Él es un activista y educador de la paz que es uno de los maestros y practicantes más importantes de la no violencia activa en América Latina en la actualidad. Es cofundador de muchos vehículos que promueven la paz en México, entre ellos: el Servicio Mexicano de Paz y Justicia (SERPAJ, 1987), un capítulo de la red de no violencia SERPAJ que abarca América Latina; Thinking Out Loud ( Pensar en Voz Alta , 1995), un colectivo de acción noviolenta inspirado en Gandhian para analizar y publicar información estadística sobre la naturaleza del conflicto social en México y promover acciones directas no violentas; y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ( MPJD, 2011), junto con el poeta Javier Sicilia y las familias de muertos y desaparecidos. Es autor del libro Gandhi y la desobediencia civil: México hoy (2002).
PFEFFER PEACE PRIZE 2008
Como organización interreligiosa, la misión de Fellowship of Reconciliation (FOR)-USA es organizar, entrenar y desarrollar un movimiento diverso que dé la bienvenida a todas las personas de conciencia para poner fin a las estructuras de violencia y guerra, y crear paz a través del poder transformador de la no violencia.
El 14 de septiembre del año 2008 en la cuidad de Nyack, Nueva York, se hizo entrega de este galardon al Servicio de Paz y Justicia localizado en Cuernavaca, México. SERPAJ recibió el Premio Internacional Pfeffer , otorgado por la Beca de Reconciliación (FOR) en el Festival de la Paz.
Discurso
Palabras sencillas.
Queridos compañeros y compañeras en este largo camino de intentar humanizar un poco más a nuestra especie, un saludo con alegría y gratitud por compartir este momento del espíritu juntos.
Una prueba acerca de que todavía somos una especie en proceso de humanización es que lo que nos une a los que vamos a recibir y a otorgar el reconocimiento (Colombia, México y Estados Unidos) es que nuestros tres países están en condiciones de guerra.
Por tanto, podríamos compartir una intención común inicial: exigir el fin inmediato, con justicia y dignidad, de estas guerras.
Demás está decir la gran sorpresa que fue para nosotros en México enterarnos del reconocimiento que nos hace FOR, y el sentimiento de no sentirnos merecedores de él. Somos un grupo de seres pequeños con el azar o la providencia de estar atravesados por un gran proceso histórico en nuestro país: el zapatismo. México padece profundas injusticias sociales de explotación, despojo, discriminación y represión lo que genera una creciente resistencia civil pacífica y popular. Hasta hace muy poco tiempo en el país había simultáneamente tres enormes movimientos de masas que efectuaron la acción noviolenta de mayor intensidad: la desobediencia civil (Chiapas, Oaxaca y DF).
SERPAJ-Morelos pertenece al Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) de América Latina, y en México compartimos el trabajo con otros grupos en Tabasco, Valle de México, Chiapas y Morelos, que realizan actividades valiosas en la promoción de la mujer, la recuperación de la cultura y espiritualidad indígena, el comercio justo y el ecumenismo. Para nuestra fundación en 1987, apadrinada por FOR-USA, fue un gran inspirador el padre Maryknoll Donald Hessler, incansable promotor de la noviolencia y el compromiso con los más pobres, quien solía recordarnos las virtudes que María de Guadalupe pedía al indio Juan Diego (y a todos nosotros): humildad y audacia.
Por otro lado, SERPAJ-Morelos está fusionado en su trabajo con el Colectivo gandhiano “Pensar en voz alta” (SERPAJ-PICASO), que une dos culturas: la noviolencia activa histórica y de nuestros pueblos pobres e indígenas, y la construcción del conocimiento a partir de las acumulaciones intelectuales, entre otras, de Piaget, Marx y Marín; la experiencia nos ha enseñado la importancia de la acción-reflexión para construir un buen principio de realidad que permita orientar mejor las luchas contra la inhumanidad social. Una cultura antigua y otra muy joven y reciente de la ciencia social. Hemos tratado sencillamente de avanzar con la fuerza del conocimiento y la humanización creciente de la moral a través de la acción directa noviolenta en la línea de las movilizaciones sociales, campamentos de paz con interposición de cuerpos, apoyo a la educación autónoma y la búsqueda de lograr desencadenar en los soldados la toma de conciencia de su proceso de deshumanización y ataque al pueblo; hemos desarrollado investigación sobre la conflictividad social y la militarización; hemos impulsado la educación para la paz sobre todo con niños y niñas en riesgo de calle por medio del proyecto de educación alternativa “Caminando Unidos”.
La experiencia zapatista representa para nosotros una originalidad histórica. Su proyecto de construcción de un orden social no capitalista en su intencionalidad última, lo consideramos asociado al gran programa constructivo del swaraj de Gandhi para la India y a muchas otras utopías humanas. La etapa actual en el que se encuentra sabemos que tiene tintes heroicos y a la vez frágiles. En este territorio muy extenso y grande en población, las comunidades indígenas están construyendo su “autonomía” desde la forma de gobernarse con una Junta de Buen Gobierno donde existe una rotación de poder y el principio del “mandar obedeciendo”, la educación, la salud y la producción.
Desde el inicio de esta rebelión ética en 1994 decidimos enfrentar el desafío que los zapatistas plantearon a la sociedad: “si hay otro camino (diferente a la lucha armada) enséñennos cómo…aspiramos a que nuestras armas sean inútiles”. No ha sido nada fácil, atravesamos continuamente grandes y pequeñas contradicciones, y humildemente ponemos nuestro granito de arena para que ella no sea exterminada, se reproduzca y crezca. Nuestros maestros y maestras han sido las comunidades indígenas autónomas, quienes nos han ido enseñando cómo construir la primera frontera que todo ser humano debe tener, como también hizo Gandhi con el pueblo hindú: la de su dignidad, a partir de su firmeza y organización para hacer posible la “desobediencia debida a toda orden de inhumanidad”. He ahí el inicio y el fin último de las culturas y las acciones que van construyendo lo humano.
SERVICIO PAZ Y JUSTICIA (SERPAJ) – MORELOS (MÉXICO)
COLECTIVO GANDHIANO “PENSAR EN VOZ ALTA” (SERPAJ-PICASO)
Nyack, Nueva York, 14 de septiembre 2008